mis huevos se torturan siempre en colchones ajenos


El sábado en el garito entré en una cabina con un xaval suizo. Nos besamos y nos retorcimos los pezones. Me juntó las manos y me dijo que le gustaria atarme. Nos chupamos las pollas y me pidió que se la metiera. Hablamos un rato y me aconsejó que tuviera cuidado con la gente del garito.
Después entré en otra cabina con un xaval medio arabe, nos besamos un rato y nos despedimos enseguida sin explicaciones.
Y mas tarde entré en una cabina con un xaval que me llevaba una cabeza. Le chupé la polla concienzudamente. Me bajó los pantalones, me puso de espaldas y me chupó el culo largo rato. Pero no se me paraba. Se puso un condón, snifó popper y me la metió. Después de un largo rato por fin se corrió. Yo no, yo sólo tenia ganas de cagar.
El miércoles después de unas cervezas fuimos a cenar. A la una de la mañana cantamos borrachos en coro Rapsodia Bohemia en un karaoke chino despoblado.
Por la noche el vacio me despertó de un sobresalto. Con todo lo que tenia que pensar!
Me retorció en el colchón y me bamboleó los huevos desnudos como si jugara con ellos.
Me quedé un rato entonces de costado pero el agujero se agrandaba.
El huevo derecho apretaba el izquierdo asfixiandolo en una tortura delicada.
El colchón me era ajeno y no me encontraba en ninguna entrada triunfal. Las imagenes del recuerdo son inventadas o traficadas o directamente inexistentes. Es lo que intenté explicarle al dueño del colchón: "El vómito apareció en la bañera de repente". Pero sus gritos cerraban mi boca todavia acida. Escupi varias veces en la bañera pero el gusto tardó en desaparecer.